un
sabio profesor,
del
corazón a sus alumnos daba
perfecta descripción.
Anonadado por sus propias penas
la
cátedra olvidó;
y
a
riesgo de que loco le creyeran,
con
alterada voz:
"Dicen, señores, exclamaba pálido,
que
nadie consiguió
vivir
sin esa víscera precisa.
!Error,
extraño error!
Hay
un
ser de mi ser,
una
hija mía,
que
ayer me abandonó;
¡las
hijas que abandonan a sus padres
no
tienen corazón!"
Un
estudiante que del aula oscura
se
oculta en un rincón,
mientras los otros asombrados oyen
tan
público dolor,
sonriendo a un amigo y compañero
le
dijo a media voz:
"¡Piensa que a su hija el corazón le falta...
un
sabio profesor,
del
corazón a sus alumnos daba
perfecta descripción.
Anonadado por sus propias penas
la
cátedra olvidó;
y
a
riesgo de que loco le creyeran,
con
alterada voz:
"Dicen, señores, exclamaba pálido,
que
nadie consiguió
vivir
sin esa víscera precisa.
!Error,
extraño error!
Hay
un
ser de mi ser,
una
hija mía,
que
ayer me abandonó;
¡las
hijas que abandonan a sus padres
no
tienen corazón!"
Un
estudiante que del aula oscura
se
oculta en un rincón,
mientras los otros asombrados oyen
tan
público dolor,
sonriendo a un amigo y compañero
le
dijo a media voz:
"¡Piensa que a su hija el corazón le falta...
y
es
que lo tengo yo'"
No hay comentarios:
Publicar un comentario